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sábado, 14 de diciembre de 2013

Gracias

A pesar de los múltiples imprevistos, ¡lo hemos conseguido! Hemos creado un blog a nuestra medida depositando nuestra ilusión y nuestras ganas en él. Esperamos haber hecho que descubráis o redescubráis este mundo maravilloso de la lengua y haber despertado vuestra curiosidad. Además de permitir nuestra libre expresión, este trabajo ha originado un gran vínculo de amistad: cada uno de nosostros ha aportado su granito de arena, su personalidad y su cultura, con lo que ha sido una experiencia totalmente enriquecedora. Gracias a toda la gente que ha estado leyéndonos y, por si las moscas, a todos los que nos van a leer. Nunca olvidéis lo que dijimos el primer día: nuestro lenguaje es la llave que abre todas las puertas.

Aquí os dejamos un vídeo que resume nuestra trayectoria en la realización de este blog. Esperamos que os guste:






viernes, 13 de diciembre de 2013

¡Arriba la imaginación!

Como bien indicó Manuel Alvar en Vivir en la lengua, la lengua nos hace y en ella nos hacemos: al igual que nuestra lengua ‘habla’ de quiénes somos, de dónde vivimos, de cuáles son nuestras tradiciones…y cambia según nosotros cambiamos; también puede ocurrir el caso contrario, es decir, que el lenguaje cambie el mundo y, con él, la perspectiva de los hablantes.

Teniendo en cuenta esto, esta entrada se basará en lo que María Estornell Pons llama ‘neologismos de autor’: nada más y nada menos que aquellos ‘palabros’, en el buen sentido del término, que alguien inventa y lanza al mundo. Decimos 'alguien' porque, en nuestra opinión, no importa quién sea, cómo se llame o de dónde venga, sino que tenga un lenguaje. Todos somos válidos para esta ‘tarea’: la lengua es nuestra, y es por eso que podemos crearla y destruirla, renombrarla y hacer de ella un instrumento, sobre todo.

Podríamos pensar que este tipo de neologismos son meras palabras ocasionales, pero entonces no estaríamos nada más lejos de la verdad: sí es cierto que muchos neologismos de autor no han progresado en la lengua común, pero muchos otros han constituido todo un recorrido más allá del discurso o el texto en el que aparecieron. Podemos destacar, por ejemplo, el ‘esperpento’ de Valle-Inclán, el ‘chupón’ de Góngora o el ‘ciberespacio’ de William Gibson, palabras que han calado en nuestro lenguaje usual. Y no solo nos quedamos en este nivel, sino que lo traspasamos: en las obras de William Shakespeare encontramos más de 1700 voces que actualmente forman parte de la lengua inglesa, tales como 'bedroom', ‘gossip’, ‘fashionable’ o ‘generous’. Ya nos indicaba Julio Cortázar, gran ‘inventor’ de palabras, que los prosistas introducen toda clase de transgresiones que hacen palidecer a los gramáticos y que luego son aceptadas y entran en los diccionarios.

Pero, ¡ojo!, este tipo de neologismos no se crean porque sí, sino que son pensados a partir de una idea o una necesidad. Así, Fátima Báñez empleó por primera vez la palabra 'movilidad exterior' para referirse de modo atenuante a la marcha masiva de habitantes de un país, en su mayoría jóvenes, ante la imposibilidad de conseguir trabajo.



Como vemos en este ejemplo y en muchos otros como el de 'gravamen adicional' de Luis de Guindos o el de 'desaceleración transitoria' de José Luis Rodríguez Zapatero, los políticos han creado una 'neolengua', es decir, una versión de la lengua cuyo objetivo es dominar el pensamiento de sus hablantes. Esta última palabra también es un neologismo de autor que creó George Orwell para su libro 1984. 
Ya que estamos en política, continuemos: por estas fechas repletas de crisis y corrupción, hay mucha gente que critica a los actuales políticos, y en este punto podemos destacar la palabra inventada por Aleix Saló, 'simiocracia', que hace referencia a la incompetencia de algunos gobernantes (según él, 'simios').

Asimismo, podemos encontrar otro motivo para crear nuevas palabras: la economía lingüística. Como bien sabemos, los humanos somos cómodos por naturaleza y, entonces, ¿por qué decir 'correr de forma moderada' cuando podemos decir 'footing'? Siguiendo este modelo, Carlos Herrera inventó la palabra 'siesting' en su artículo Hablar inglés sin saberlo para nombrar la acción de dormir la siesta. Sin darnos cuenta, hemos ido extendiendo este neologismo hasta que ha quedado perfectamente adaptado a nuestra habla cotidiana.

Aunque parezca mentira, también existen neologismos de autor que surgen para exaltar algo o a alguien: Florentino Pérez creó el verbo 'cristianear' para referirse a la acción de imitar a Cristiano Ronaldo, que, según el presidente del equipo, consistiría en ser guapo, elegante, gran persona y gran profesional. La función de esta palabra fue la de promocionar al futbolista para acercarlo al Balón de Oro.

Por otra parte, es muy común entre los escritores emplear la metáfora, y J. K. Rowling, la autora de Harry Potter, decidió inventar la palabra 'dementor' y su figura como una metáfora de la depresión: al igual que esta enfermedad, un dementor absorbe la esperanza y todos los buenos sentimientos de quienes tiene cerca, dejando en sus mentes los recuerdos negativos.

Por último, podemos destacar la palabra 'criptonita', creada por Jerry Siegel en los cómics de Superman para designar al único elemento que debilitaba al superhéroe. Esta ha traspasado las viñetas para incorporarse a nuestro vocabulario usual con el sentido de 'debilidad de una persona o animal': entonces, podríamos declarar firmemente que nuestra criptonita es el jamón serrano o el chocolate.


¿Seríais capaces de inventar alguna palabra?






¡Qué difícil es hablar español!

¡Hola! Soy Pilar, una española que ha descubierto que no sabe hablar español… Pensaréis que es broma, pero después de leer mi historia, os daréis cuenta de qué difícil es hablar español. Quería descubrir otros lugares y culturas mochileando, así que me fui a América Latina ¡Qué chivo, pensaréis! Pero mi estancia no ha sido tal y como os imagináis.



Mis primeros pasos en América Latina

Al llegar allí empecé a hacer amigos de todas partes, a los que les gustaba mucho fregarme con el idioma que pensaba que conocía. Después, una chica me contó qué tal había ido su día, pero no entendía ni una palabra… Mirad a ver si vosotros entendéis algo:

“Me he ido a una tienda a comprarme un centro, un saco, lentes de sol y  colas pero ¡puchica! se me había olvidado mi pisto, pero me vale. Luego he manejado mi nuevo carro, es un convertible. Tenía que apurarme hasta casa para salir a fregar con mi amiga esa noche. Al llegar, me había enviado un mensaje a mi celular diciéndome que tenía hueva, ¡qué yuca, era el día más turbio de mi vida! Le he dicho: "chivo, vente a casa". Después ha venido a beber un mojito con pitillo y me ha contado que su novio pendejo quería pisarla. Yo he acabado haciendo una regada diciendo que era un tipo hecho leño. Ahora ella no me habla y ha acabado diciéndome: “¡Cojo a quien quiero!”.



Fin de la historia, ¿qué os parece?, ¿qué difícil es hablar  español, verdad?

El viaje todavía no había terminado. Además de no entender las historias contadas por mis compañeros de viaje, me trataban de “vos” y me preguntaban “¿de dónde sos?”, pero a pesar de todo, como suelen decir en Chile: "fue la raja"

¿Les gustó mi aventura? Pues dos hermanos colombianos compusieron una canción en la que se refleja lo complicado que es aprender español en sus diferentes regiones. Escuchadla, descubriréis una aventura muy divertida que no os podéis perder…



Finalmente, os invito a ver la película de dos mochileros, cuya aventura ha cambiado su vida y la de los demás... Se trata de una película ambientada en el año 1952, cuando el "Che" Guevara recorrió América del Sur con su amigo Alberto Granado en una destartalada moto. Ernesto es un joven estudiante de medicina de 23 años de edad especializado en lepra. Alberto es un bioquímico de 29 años. Ambos jóvenes emprenden un viaje de descubrimiento de la rica y compleja topografía humana y social del continente hispanoamericano.



¡Oh, Puchica! ¡Se me había olvidado!, quizá os gustaría entender la historia de mi compañera, así que les traduzco su relato:


“Me he ido a una tienda a comprarme una camiseta de tirantes, una chaqueta, unas gafas de sol y unos coleteros, pero ¡jolín!, se me había olvidado el dinero, pero daba igual. Luego he conducido mi nuevo coche, es un descapotable. Tenía que apresurarme hasta casa para ir de fiesta con mi amiga esa noche. Al llegar, me había enviado un mensaje a mi móvil diciéndome que tenía pereza, ¡qué pena, era el día más horrible de mi vida! Le he dicho: "vale, vente a casa". Después ha venido a beber un mojito con una pajita, y me ha contado que su novio tonto quería acostarse con ella. Yo he metido la pata diciendo que era un tipo malo. Ahora ella no me habla y me ha dicho: “¡Me acuesto con quien quiero!”.


La diversidad en una misma lengua, ¿Qué guay, no?, o mejor dicho ¡Qué chivo!


¡Gracias por vuestra lectura y que paséis un buen viaje mochileando!
 

El lenguaje más allá de las palabras

La comunicación no verbal se podría definir como el proceso de envío de mensajes entre un emisor y un receptor donde el canal no contiene palabras, es decir, el acto comunicativo se da lugar mediante signos o indicios. Como ya dijo el psicólogo y teórico australiano Paul Watzlawick:

“Es imposible no comunicarse”

Puede parecer un poco abstracto, pero si lo ponemos en un contexto práctico y cotidiano, nos resultará más fácil de entender. Pongamos el ejemplo de Pepe y Manolo. Se trata de dos obreros que en su turno de trabajo transportan un enorme bloque de cemento. En un momento dado, debido a la falta de proteínas en el desayuno de Pepe, a este se le escurre el bloque. Manolo no logra sujetarlo solo y la pieza cae al suelo rompiéndose. Los obreros no se dicen nada pero la mirada de Manolo hacia Pepe transmite mucho más de lo que haría cualquier tipo de palabra.

Gracias a este ejemplo, llegamos a la conclusión de que la comunicación no verbal se puede llevar a cabo mediante el uso de la mímica y la expresividad de nuestro cuerpo.

A sabiendas de todo esto, podríamos usar la comunicación no verbal dentro de otra situación de nuestro día a día. Si intentamos comprar en un bazar chino, donde los dependientes conocen lo justo de nuestro idioma, y queremos preguntar cuánto valen unos auriculares, solo hemos de señalarlos y hacerle al encargado el gesto de frotar la yema de los dedos índice y corazón entre ellos. Ante este gesto, el tendero responderá mostrando con sus dedos el precio. Es decir, la comunicación no verbal también permite que el acto comunicativo exista entre hablantes que no gozan del dominio de un idioma común.

Pero, ¿significan todos los gestos lo mismo en cualquier parte del mundo? Veamos algunas diferencias entre los gestos más comunes y el lenguaje corporal en distintos países del mundo:


  • Si quieres decir “no” en Bulgaria, deberás mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo. Sí, exactamente al revés de lo que seguramente haces en tu país. Y viceversa: el “sí” se dice moviendo la cabeza de un lado a otro. Y no es el único país, este sistema inverso también existe en zonas de India, Pakistán y Turquía
  • Otro ejemplo con una curiosa historia es el hecho de hacer una V con la palma hacia adentro. Este gesto puede llegar a considerarse sumamente grosero, sobre todo, en el Reino Unido y en las antiguas colonias británicas. La historia parece remontarse a cuando las tropas francesas amputaban los dedos índice y corazón a los arqueros ingleses para que no volvieran a lanzar sus flechas. Al derrotarlos, mostraban sus manos a los franceses para que vieran que no podrían disparar de nuevo.

Y ahora, ¡veamos a través del siguiente quiz si conoces todas las diferencias que hay entre el lenguaje no verbal de España y otros países! Toma una hoja, escribe las respuestas y mira al final del cuestionario si tus respuestas son correctas ¡Buena Suerte! 

1) En China, para expresar el desacuerdo...
  1. Se hace gesto dubitativo    
  2. Se utiliza el silencio
  3. Se mueve la cabeza de derecha a izquierda 
2) ¿En cuál de las dos culturas se hace la expresión de los sentimientos de manera muy abierta y ruidosa?
  1. En la cultura árabe
  2. En la cultura asiática
3) En nuestro país se suele emplear el contacto físico para saludar a un conocido, pero ¿en cuál de los países siguientes se considera un insulto?
  1. En Bulgaria 
  2. En México 
  3. En Alemania   
4) Después de haber comido en casa de un chino, es muy apreciable: 
  1. Eructar
  2. Agradecerle el servicio con un abrazo
  3. Quedarse en silencio
5) Tanto en España como en América Latina somos muy cercanos, pero en otro país se puede interpretar un abrazo en la calle como un gesto sexual, ¿En qué país es?:   
  1. En Francia
  2. En Estados Unidos
  3. En Marruecos
6) En Inglaterra, este gesto de la mano significa:
  1. Victoria
  2. Paz y Amor 
  3. Un insulto     
7) ¿Para qué sirve este gesto?
  1. Para hacer autoestop
  2. Para expresar el número 1
  3. Para insultar
8) ¿Cuál es la manera de saludarse en Japón? 
  1. Besar la mano 
  2. Inclinarse
  3. Arrodillarse
9) ¿En qué país este gesto es un insulto?  
  1. En Finlandia
  2. En Turquía
  3. En Grecia 
10) ¿Cuáles son los países que expresan el «sí» y el «no» de manera contraria a nosotros?
  1. Bulgaria 
  2. Brasil
  3. Lebanon
  Respuestas: 1) 1/2; 2) 1; 3) 2; 4) 1; 5) 2; 6) 3; 7) 1/2/3; 8) 2; 9) 2/3; 10) 1/3




Si bien el código más usado por el ser humano es la lengua (sea oral o escrita), recurrimos con muchísima frecuencia a otros códigos no lingüísticos: señales de tráfico, colores (como en el caso de los semáforos) o sonidos (campanas de una iglesia, sirena de ambulancia o de policía…). Podríamos afirmar con casi toda seguridad que el código lingüístico más usado es el de los gestos.

Prácticamente cualquier mensaje o concepto puede transmitirse con gestos y, si no, compruébalo con este vídeo: