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viernes, 6 de diciembre de 2013

Lengua y mente



Hoy en día vivimos en una sociedad modernizada en la que existen muchos medios de comunicación como la radio, la televisión, los libros y periódicos, etcétera; así que el cerebro del individuo recibe constantemente una inmensa cantidad de mensajes que condicionan su forma de hablar y comportarse. 


¿Cómo funciona el cerebro?
El cerebro es, sin duda, el órgano más maravilloso que puede poseer el ser humano: regula los movimientos, los pensamientos y los sentimientos. Está dividido por 2 hemisferios: el hemisferio cerebral derecho y el hemisferio cerebral izquierdo.  En la parte izquierda se encuentra la facultad del lenguaje, el pensamiento lógico y la escritura; y en la derecha, el pensamiento creativo, la fantasía y todas las actividades artísticas que se pueden desarrollar. Sin embargo, existe una correlación entre ambos hemisferios: el derecho coordina las funciones del izquierdo y viceversa. 


 ¿Cómo influye el cerebro en el lenguaje? 

Las enfermedades que perturban el lenguaje
El cerebro controla la actividad lingüística; entonces, cuando este sufre algún daño, se producen trastornos en la forma de hablar. Para referirnos a estos trastornos se emplea la palabra afasia. Existen diversos tipos:
  • Afasia global: La lesión en el cerebro es tan extensa que el lenguaje no puede prácticamente producirse. Además, la comprensión también se altera.
  • Afasia de broca: este tipo de afasia está caracterizada por la falta de fluidez y por la dificultad para la elección de las palabras y para producir construcciones gramaticales. Del mismo modo, también afecta a la pronunciación y a la capacidad de recordar ciertos elementos organizados como puedan ser los nombres de los días de la semana.
  • Afasia de Wernicke: sus rasgos más comunes son la dificultad para enumerar cosas, la invención de palabras y frases, la repetición continua en el discurso de las mismas construcciones, la falta de entendimiento y de reconocimiento de los errores.
  • Afasia anómica: se reduce la incapacidad de encontrar palabras adecuadas para identificar, designar y expresar ideas y conceptos. 

Existe otra enfermedad poco común que puede afectar al individuo tras una lesión cerebral: el síndrome del acento extranjero. Precisamente se denomina así porque la persona que lo padece adopta un acento extranjero. Esto es lo que le ocurrió, por ejemplo, a Leanne Rowe, una mujer australiana que, tras haber sufrido un accidente, hablaba con acento francés. Los investigadores piensan que este síndrome se debe a los daños producidos en las funciones principales del cerebro.
  

El control de los sentimientos en el lenguaje
Cuando a alguien no le salen las palabras, puede que se deba a que su cerebro está perturbado por el estrés, la depresión, el nerviosismo… Sin embargo, cuando un individuo está relajado, tiene más facilidades para expresarse con claridad.


¿Cómo el lenguaje puede moldear el cerebro?
Hay que destacar que el lenguaje puede también influir en el funcionamiento del cerebro. Por ejemplo, varios estudios han demostrado que aprender una segunda lengua en la infancia puede modificar la estructura del cerebro; con esto, se favorece el crecimiento neuronal y se mejoran las capacidades del individuo.

En resumen, existe una relación muy estrecha entre el cerebro y el lenguaje: para expresarse con claridad y fluidez hace falta que el cerebro funcione bien y, del mismo modo, las dificultades de un lenguaje pueden ser consecuencia de perturbaciones en el cerebro.



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